26.1.14

Yude Aguilera: "Soy rockera de nacimiento"

A la artista cubana, el piano le encanta, pero mientras estudiaba en el conservatorio, descubrió algo que le gustaba más que el piano: dirigir coros.
Vilagarcía de Arousa, 24 de enero de 2014
Fotografía de Marthazul, noviembre, 2013 en Vilagarcía
Cantante de profesión, su voz se ha escuchado por toda la geografía gallega, emocionando al público variopinto. Pianista cubana enamorada de los paisajes y ríos de allá donde visita. Con una poderosa vocación de profesora, Yude Aguilera Vincench (Holguín, Cuba, 1979) nos cuenta de todo lo que le emociona, de su gran trayectoria en su país natal, y ahora aquí en su país adoptivo.

P.- Cuéntanos las primeras sensaciones que te vengan a la mente de Holguín, el lugar donde naciste.

R.- Fue donde nací y fue donde me crié, yo estuve entre Holguín y la Habana, porque mi familia por parte de madre es de la Habana y por parte de padre es de Holguín, ahí comencé mis primeros estudios de música.

P.- ¿Qué tal fue la experiencia de crecer junto a una profesora de ballet como tu madre Dulce Vincench, y un doctor en filosofía como tu padre, Luis Aguilera?

R.- Cuando tenía cuatro años mis padres se divorciaron, es decir, no estuve nunca con los dos al mismo tiempo. Siempre se llevaron muy bien, son muy buenos amigos ahora mismo. Viví un tiempo con mi madre, después se fue a vivir a la Habana, entonces ella para que no saliera de la escuela de música de Holguín, me llevó con mis abuelos paternos Irma y Octavio, que fueron los que me criaron, me crié con una estabilidad.

P.- ¿Y a qué se dedicaban tus abuelos?

R.- Eran maestros, mi abuelo era profesor de matemáticas, mi abuela era profesora de inglés.

P.- Leí que desde pequeña, me parece que desde los 7 años, tocas el piano. Cómo fue qué te decidiste por ese instrumento. Y más tarde cómo llegaste a estudiar para directora de coros.

R.- Lo que tengo muy claro es que me gustaba mucho nadar, entonces mi madre antes de que entrara a la escuela de música, me metió en una escuela de deporte, estuve año y medio haciendo nado sincronizado, era feliz. Pero después mi madre, no recuerdo que fue lo que pasó, se robaron el bikini o algo así, la escuela era un desastre, y decidió sacarme, sin preguntarme nada. Para mi madre era la música, música, porque ella era bailarina clásica, estaba en el Ballet Nacional de Cuba. Mi familia por parte de madre es de músicos, mi abuelo es saxofonista, director de muchas bandas en Cuba, buenísimo. Mis dos tíos, uno es trompetista y el otro es percusionista, batería, los dos están aquí trabajando en orquestas.

Mi familia, por parte de padre, todos son profesores, mi papá es doctor en ciencias filosóficas marxistas leninistas. Después al irse a la Unión Soviética, se hizo doctor en epistemología de la educación.

Fotografía de Marthazul, noviembre, 2013 en Vilagarcía
Después descubrí que me gustaba el piano, pero mucho después de comenzar la carrera. Es decir mi madre me dijo que cuando yo tenía tres años me compraron un piano de juguete, y todo lo que yo escuchaba en la tele de música, iba al pianito y con un dedo lo sacaba de oído.

A los siete años mientras estudiaba la primaria comencé mi primer año de piano básico, cuando empecé la secundaria a los doce o trece años, entré a dirección coral y entonces hacía las dos carreras al mismo tiempo. Después hice el examen para el nivel medio y entonces ya es cuando me gradúo, fueron catorce años de mi vida estudiando música.

La gente piensa que ser músico es muy fácil. Yo me encontré con un chico que me preguntó:
- ¿Y en qué trabajas?
- Soy cantante
- ¿Pero en qué trabajas? - respondió.
- Trabajo en una orquesta
- ¿Sí, pero a ti te pagan?- añadió
- Sí es mi trabajo.
Hago muchísimas horas, no duermo de noche. El músico debe de estudiar mucho, mucho y el instrumentista más. Porque te quedas una semana sin estudiar y ya no es lo mismo.

P.- ¿Alguno de tus pianos han tenido nombre?

R.- El piano lo dejé en Cuba, tengo un teclado pequeño. Pero no, no tiene nombre. El piano es muy difícil, porque no puedes ir con él encima. Mi papá me decía: "Me hubiera gustado que hubieras estudiado algún instrumento con el que tuvieras que cargar, porque sales tu sola por ahí y quién sabe que estudias piano, tienes que hacerte una camiseta que diga “toco el piano” o mirarte las manos el que sepa, todo el tiempo con las uñas de las manos cortaditas...". Mira, he querido toda la vida tener las uñas largas.

Te pierdes muchos juegos de niñez porque tú tienes que estudiar todo el tiempo. Tenía que jugar sola en mi casa con las muñecas, porque a la hora que todos los niños salían a jugar, yo estaba estudiando piano. Una vez nada más, me escapé de la casa, me puse a correr con mis amiguitos, a jugar a escondidas, me caí y me hice un esguince en la mano izquierda. Mi profesora por poco me ahorca, fueron quince días parada. Después mes y medio de fisioterapia, dedo por dedo a tocar todas las teclas del piano.

P.-¿Aquel piano sigue en casa de tus abuelos?

R.- Sí, lo utiliza mi hermana, es profesora de piano, recién graduada.

El piano me encanta, es el instrumento fundamental de todos los instrumentos, es el más completo armónicamente, y después vi algo que me gustaba más que el piano: dirigir coros, me encantan las voces.

P.- Eres muy joven pero ya tienes una amplia trayectoria en Cuba que abarca teatro, radio, zarzuela, ópera, música popular, coral y la docencia. Puedes hablarnos sobre ello.

R.- Una vez que me gradué empecé a hacer teatro musical durante tres años, también hice ópera, zarzuelas, muchas zarzuelas, eso sí, fue un mundo genial, yo creo que fue cuando mejor me sentí, más completa. En esa época llegaron unos americanos a Cuba (era la primera vez que llegaban unos americanos en plan cultural), para hacer “el Jorobado de Notre Dame” en teatro, entonces hicieron casting por toda la Isla. La obra completa iba ser en inglés, traían un traductor.

Escogieron a ocho cantantes de todo el país, nos hospedaron en un hotel ahí en la Habana. Fueron tres meses de ensayos diarios, clases de inglés, baile, teatro, canto, preparando cada tema, fue una obra preciosa. Se hicieron tres presentaciones, una de ellas a teatro cerrado con gente de Broadway. Me pasó algo gracioso, el día anterior ensayando, me partí la cabeza, con los tubos donde se ponen las telas detrás del escenario. Aún tengo la marca aquí arriba. Me dijeron mañana no te presentas, les dije que no, después de tres meses ensayando. Me puse una venda en la cabeza y así me presenté.

Al mismo tiempo nos invitaron al coro de Holguín a hacer la novena sinfonía de Beethoven en alemán, con la sinfónica nacional de Cuba, eran 180 voces. Estuvimos dos meses ensayando. Es decir, estaba yo saliendo de un teatro para ir al otro. Me sentí muy bien, me sentí super realizada.

Al final el gobierno no nos dejó salir de Cuba para hacer “el Jorobado de Notre Dame” en Broadway donde se tenía pensado, sólo hicimos las presentaciones de Cuba.

Esa fue la mejor época de mi vida.

P.- ¿Por qué o cómo fue que decidiste venir a España, en concreto a Galicia?

R.- Ya fue un poco más personal. Les hice una carta a uno de mis tíos, que ya los dos vivían aquí hacía catorce años, para pedirle que me consiguiera un contrato de trabajo, porque tenía 28 años, y era una edad donde yo puedo tirar pa´ lante, y me consiguieron un contrato de trabajo en una orquesta.

Cuba tiene cosas muy buenas y cosas muy malas. Te dan una educación muy buena, hay profesores magníficos, pero después ¿qué haces con todos esos conocimientos? No puedes desarrollarte. Lo mínimo como es tener un portátil en casa, no lo puedes tener, no puedes acceder a internet...

Tiene muchas cosas buenas: la medicina, la educación; tienes muchas cosas gratis: no pagas facturas de luz, agua; pero nada es tuyo, no tienes coche, casa, todo es del gobierno. Esa parte es mala. Yo quería tener cosas mías, poder comprarme un coche, conducir un día, tener mi pisito, trabajar, trabajar mucho para tener mis cosas y que mi familia también esté bien en Cuba.

Mi tío me trajo con un contrato de trabajo para una orquesta donde él estaba trabajando. Ya vine directamente a cantar a una orquesta, “Estelares” se llamaba. Una orquesta que me enseñó mucho. A pasar mucho trabajo, trabajamos en lugares horribles y eso me hizo fuertísima, he tenido que ir a Soria con menos 16ºC.

A los dos años de estar ahí, me llamó “Salsa Rosa”.

P.- Personalmente me sorprende mucho el fenómeno de las orquestas en esta zona del país, pero me sorprende mucho más una Orquesta llamada “Salsa Rosa” donde tengo entendido que son la mayoría chicas. ¿Qué tal fue la experiencia?

R.- La gente piensa que es por la salsa rosa de comida, pero no, es por la salsa de la música y el rosa porque son chicas, bueno hay dos chicos el batería y el trompeta. Ahí estuve tres años. Ahora me llamaron de otra orquesta, “Israel”. Es más de espectáculo, luces, volando por arriba.

P.- ¿En qué consiste tu proyecto Emotions?

R.- Todo comienza porque escuché a una cantante cubana, que es nueva, se llama Ivette Cepeda, con el tema: “Tu eres la música que tengo que cantar”. Me encantó escucharlo por ella, lloré muchísimo. Soy de las persona que cuando escucho algo que está muy bien hecho, que me atrae, lloro, me pasa igual que cuando veo que alguien baila muy bien o cuando veo algo muy lindo, sí, me emociono.


Así que dije “esta canción la debo de cantar”. Es muy difícil el tema, entonces llamé a  mi amigo Rey, el bajista de mi grupo. Le dije que quería tocar este tema, pero para tocar este hay que tocar más. Llamamos a mi primo que es batería, llamamos a Leo que es guitarrista brasileño, e hicimos un cuarteto. Ya de ahí busqué temas que siempre canté en Cuba, hay algunas que les metí un rollo más bossanova, otro más en funk, fui variando de géneros. Llevamos dos años con el proyecto.

Fotografía de Marthazul, noviembre, 2013 en Vilagarcía
Un día indagando en el Facebook me salió Julio Fowler. Julio tiene una prima que es muy amiga mía, Sori Pérez, le pregunté que de quién era el tema que ella cantaba de “Si me amas” y ella me dijo que era de su primo. Lo contacté por facebook, le comenté que acababa de hacer un grupo, y que estaba buscando temas para cantar, que si me permitía cantar algún tema suyo, y empezó a mandarme temas. Así que tengo cinco o seis temas de Julio Fowler. Después nos hicimos muy amigos. Me dijo que cuando fuera a presentarme, él venía.

Me fui a una discoteca de Pontevedra, y le dije: "Te voy a hacer un concierto gratis aquí, pero al día siguiente voy a traer a un amigo para que toque al día siguiente y todo lo que cobremos de entrada se le da a él". Aceptaron, así que di mi primer concierto, fue el inicio y el segundo concierto ya con Julio. Le encantó todo esto, le encantó como hice sus temas, y nos invitamos mutuamente a cantar.

P.- ¿Y ya tienes algo grabado, están pensando en disco?

R.- Me encantaría, sí. Estamos grabando temas, para presentarlo a alguna discográfica.

P.- Algo que me llama la atención es la cantidad de cubanos que hay en Galicia ¿Esto se debe a que aquí hay orquestas?

R.- Claro ¿en qué país del mundo vives de la música? Trabajar de lleno en la música aquí mismo en España, es en Galicia nada más. Imagínate ir a un sitio donde puedas trabajar de eso que estudiaste tantos años de tu vida.

P.- ¿Cómo es la relación entre el colectivo cubano que vive aquí?

R.- Nos llevamos muy bien todos, nos conocemos todos porque hemos coincidido en las mismas escuelas en Cuba, hemos tenido los mismos profesores. Un ejemplo, los metales de la orquesta Israel, todos estudiaron en mi aula, ¡increíble!, eran mis compañeros de escuela.

P.- ¿Te gusta Galicia?

R.- Me encanta Galicia, me parece que es muy sana, desde el punto de vista de la vida como tal. En alimentación, en paisajes, en aire, en todo. Nosotros nos quejamos porque llueve todo el tiempo, pero gracias a eso está todo lo demás.

P.- ¿Qué te ha aportado Galicia?

R.- Me ha aportado muchísimo, yo he cambiado muchísimo aquí, mi forma de vida ha dado un vuelco total. Me he hecho un ritmo de vida bastante sano, me alimento mucho mejor, me encanta caminar, me encantan los paisajes, mirarlos. Me apasiona ir a los ríos. Yo trabajo mucho la energía, los chacras, estar aquí en Galicia es increíble como desarrollas ese tipo de cosas. Y culturalmente me ha aportado muchísimo, porque canto todo, puedo cantar una mexicana y después un merengue. Es una ensalada de géneros.

Yo salí de la escuela cantando lírico y tocando música clásica, yo choqué con la calle, fue un choque muy grande. Llegué aquí cantando lírico. Llegué cantando los “Ojitos negros” (en lírico), la gente me decía: "Tía, cómo cantas así esos Ojos negros, venga caña y raja la voz". La pasé fatal. Por eso te digo que técnicamente y culturalmente me ha aportado muchísimo.

P.- ¿Cuál es tu género musical favorito?

R.- A mí la caña me encanta, soy rockera de nacimiento. Escuchaba Queen, Los Beatles con mis amigos que eran artistas plásticos.

P.- Llegaste aquí en el momento álgido de la economía española, en el 2008, justo en el zenit, donde todo cambió ¿Escuchabas eso en Cuba? ¿Qué pensabas?

R.- Sí, se escuchaba pero yo no le hacía mucho caso a esa historia, yo tenía en mi cabeza solamente trabajar y hacer cosas que quería, como cantar y lograr poder hacer un disco con temas que me gustan. Todavía no escribo temas propios, no me he metido en eso, pero ya lo haré, más adelante.

P.- ¿Qué planes de futuro tienes?

R.- Grabar un disco, seguir en las orquestas, y si me canso, pues volver a dar clases de piano.

Me encantan los niños, me encanta dar clases. Y eso lo saqué de mi papá. Yo di clases en Pontevedra, pero antes daba clases en Cuba. Tuve un alumno que lo tenían en una escuela especial de música, porque pensaban que tenía un retraso mental. Al niño le encantaba el piano, lo primero que escribió fueron las notas musicales. Lo puse a escribir música, y le di clases de piano, tenía muchas aptitudes para la música, descubrí que solo tenía retraso en el aprendizaje. Me senté con la mamá y la directora de la escuela especial, y les dije que el niño funcionaba muy bien, era muy inteligente; comenzaron a valorarlo, la psicóloga acompañó al niño a mis clases de piano, para que vieran como se comportaba conmigo. La diferencia era abismal. Él participó en el primer concierto que dieron mis niños. Al final lo cambiaron de escuela.

Yo fui a Cuba en noviembre del 2012, mis niños y alumnos mayores me esperaban ahí en Holguín donde estuve una semana porque solo pude ir 21 días, en ese entonces era lo que se nos permitía…

Entrevista por: Augusto Metztli
Edición de: Deborah Castro
Las fotos son de: Marthazul

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